El Convenio de Rotterdam reconoce que en todos los países se deben promover las buenas prácticas de gestión de los productos químicos, tomando en consideración, entre otras, las normas voluntarias establecidas en el Código Internacional de Conducta de la FAO y el Código Deontológico para el Comercio Internacional de Productos Químicos del PNUMA.
El comercio y la industria (a saber, productores, importadores y exportadores, comerciantes y transportistas) desempeñan un papel decisivo para elevar la seguridad química y mejorar la gestión racional de los productos químicos en todos los países mediante el intercambio de información sobre los productos químicos en el mercado internacional. Ambos pueden hacer importantes aportes al trabajo que realizan los órganos científicos y técnicos del Convenio (a saber, el examen de los productos químicos).